El conocimiento cobra vida cuando se comparte. En este blog reunimos ideas, aprendizajes y procesos que inspiran nuestro trabajo cotidiano. Reflexionamos sobre creatividad, comunicación, saberes y territorios, con el deseo de abrir conversaciones y ampliar miradas. Aquí cultivamos lo que nos mueve y lo compartimos con la ilusión de que pueda también movilizar a otros y otras.
El trabajo de diseñar interfaces digitales con un enfoque en los usuarios (UI) no tiene reglas absolutas, dado que el diseño depende de los objetivos de la plataforma, sus usuarios, cultura, etc. Sin embargo, sí existen ciertas guías o principios en los que los y las diseñadores UI pueden apoyarse al crear interfaces digitales.
El pasado sábado 6 de abril en la Casona Compañía del barrio Yungay, se realizó el lanzamiento oficial del nuevo sitio web de Artistas Yungay, desarrollado por Estudio Ajolote. Artistas Yungay es una red de colaboración formada por artistas visuales, gestores y espacios culturales del Barrio Yungay, como Galería Hifas y Agenda Yungay.
En el competitivo mundo digital, la experiencia del usuario (UX) se ha convertido en un factor crucial para el éxito de cualquier plataforma web. Un diseño atractivo e intuitivo puede marcar la diferencia entre su éxito y fracaso. Sin embargo, la única forma de crear un sitio que resuene con el público objetivo es a través de la investigación de usuarios.
En un mundo digital saturado de información, puede parecer complejo lograr captar la atención de un público y conectar de manera profunda. Sin embargo, el antiguo arte de contar cuentos, o el storytelling, es una herramienta poderosa que ha sido utilizada a lo largo de la historia para transmitir conocimientos, valores y emociones.
La década del 2010 en el mundo digital se caracteriza por una tendencia a crear plataformas web hecha a medida de los usuarios, siendo fundamental diseñar sitios web con un diseño UX/UI, o diseño de experiencia de usuario y de interfaz de usuario, con el fin de crear plataformas realmente intuitivas y experiencias de usuario fluidas.
La evolución digital nunca se detiene. Si bien es bastante obvio que los sitios webs ya no son lo que eran en sus inicios en los años 90s, lo que resulta un poco más difícil de ver que, hoy en 2024, los sitios web tampoco son lo que eran hace tres o cinco años atrás. El diseño web ha experimentado diversas transformaciones que reflejan tanto avances tecnológicos así como cambios en las preferencias de las y los usuarios de plataformas web.
Imagina un aula universitaria donde alguien proyecta una presentación idéntica a la que viste hace diez años: fondo blanco, texto diminuto, imágenes demasiado genéricas que parecen ya vistas. O un sitio web institucional que abre con una foto rígida de fachada y un menú confuso e interminable, con conceptos que suenan interesantes pero son confusos o ambiguos. Todos sabemos que esos formatos no enganchan o simplemente no son adecuados para todas las situaciones, pero seguimos produciéndolos. ¿Por qué?
Vivimos como personajes de una vieja narrativa: la de las dos culturas. En un rincón, la ciencia: un reino de lógica fría, método riguroso y hechos objetivos. En el otro, el arte: el dominio de la emoción pura, la creatividad sin restricciones y la verdad subjetiva. Uno es el mundo de las batas de laboratorio y las ecuaciones; el otro, el de los lienzos y los escenarios.
La ilusión de la neutralidad ha acompañado a la ciencia, al periodismo y a las instituciones durante siglos. Heredamos la idea de que el lenguaje puede ser un espejo transparente, capaz de reflejar la realidad sin distorsiones. Pero la lingüística, la filosofía y la historia de la ciencia han mostrado otra cosa: el lenguaje nunca es neutro, siempre organiza, selecciona, enmarca. Nombrar es en sí mismo interpretar.
¿Puede una cámara transformar la manera en que entendemos la vida? En 1928, Jean Painlevé proyectó El huevo del espinoso en la Academia de Ciencias de París. La película generó muchísimo desconcierto entre el público científico; un científico salió indignado, gritando: “¡El cine no debe tomarse en serio!”. Para muchos, la pantalla era un terreno frívolo, “entretenimiento para ignorantes”. Sin embargo, Painlevé insistió: el cine no era un adorno para la ciencia, sino una forma de conocimiento en sí misma.
Imaginemos la siguiente escena: saliendo del CESFAM, una madre abre un folleto del ministerio de salud sobre alimentación infantil. Las frases están llenas de siglas y tecnicismos: “suplementación obligatoria de micronutrientes con estándares basados en curvas WHO/UNICEF”. Lo lee dos veces y, aun así, no entiende. Mientras tanto, su hija le pregunta si puede repetir el arroz con leche y no sabe bien qué respuesta darle. El contraste es brutal y se podría sintetizar así: el documento está lleno de palabras, pero carece de sentido.
Imagina esta escena: alguien abre un documento PDF con una infografía de cinco paneles. Está limpia, llena de íconos, conectores, colores planos y tipografía corporativa. Habla de un programa social en una comunidad rural, o de un estudio científico sobre salud mental. Pero quien la recibe no entiende del todo. O peor: no siente nada.
Roca fundida e incandescente se esparce a un ritmo constante, es la lava del volcán Krafla en Islandia que acaba de entrar en erupción. Frente a la masa ardiente aparece una figura, es la de Katia Kraft que va envuelta en un traje metalizado y lleva puesto un casco gracioso como de astronauta de ciencia ficción retro.
Publicar artículos, asistir a congresos, presentar avances… Los canales tradicionales de la investigación académica son fundamentales, pero no siempre logran conectar con quienes están fuera del ámbito científico.
Este 19 de abril se inauguró la doceava edición de la Bienal Internacional de Artes de Valparaíso, luego de 30 largos años de pausa. Con la temática “Territorios y ciudadanías críticas”, este evento cultural de importante trayectoria histórica regresa a la ciudad-puerto, buscando reafirmar su posición como capital internacional de las artes.
Es 1972 y The Mike Douglas Show transmite un programa especial: John Lennon se prepara para tocar junto a su ídolo Chuck Berry frente a millones de personas que los miran por televisión. Pero no están solos, los acompañan los músicos de la banda Elephant´s Memory y también está Yoko Ono, que para esa altura ya es la sombra inseparable de John.